viernes, agosto 24, 2012

Del camión al tren fantasma

La foto de Hugo Moyano con Duhalde y Venegas quedará en la historia como la anterior con Buzzi y la patronal sojera. Aunque seguramente quedará en la memoria colectiva el paro que lanzó Moyano desde el Grupo Clarín que lo dibujó con las manos manchadas con sangre, incluso superando a aquel paro contra Duhalde que suspendió por lluvia.

También quedará en la historia trágica de aquellos que anteponen sus intereses o los del aparato al de los trabajadores y el pueblo, cuando su gremio bloqueó la salida de los camiones de la estatizada YPF. Símbolos de que a Moyano no le alcanza con ser funcional a la derecha, sino que también quiere ser parte. 

Es por eso que decidió subirse al tren fantasma y profundizar sus lazos y acuerdos con el Grupo Clarín, la Mesa de Enlace, Duhalde y Macri. Decidió ser parte del club de los devaluadores, de quienes quieren parar los juicios de Derechos Humanos y reinstalar la teoría de los dos demonios. Decidió ofrendar su poder de daño a aquellos que quieren horadar a nuestra presidenta para volver a gobernar con ajuste y represión en contra del pueblo. Moyano decidió dejar de ser parte del movimiento obrero organizado en el Proyecto Nacional para pasar a defender a los patrones.

Gran error cometió si piensa que los trabajadores y el pueblo argentino van a seguirlo en sus desventuras. A los trabajadores y al pueblo argentino los representa Cristina como antes lo hizo Néstor. Nuestro pueblo es sabio y sabe que todas las conquistas que hemos conseguido son fruto de su lucha, pero que no serían posibles sin la conducción de nuestra presidenta, síntesis de las mejores experiencias de nuestro pueblo. 

Debemos abrir las puertas a la participación de millones de argentinos y los trabajadores no deben ser la excepción ya que la renovación y el cambio generacional deben llegar a los sindicatos. Eso sí, si estamos en todas las luchas queremos estar en todas las decisiones ya que la crisis de representación del modelo sindical no se resuelve por arriba. Miles y miles de nuevos delegados sindicales deben surgir de los más de cinco millones de trabajos que generó nuestro gobierno. Nada nuevo nacerá de las viejas y caducas prácticas sindicales, no hay lugar para las corporaciones ya que, como decía Germán Abdala, "el Estado es la única herramienta que tienen las mayorías nacionales y populares para velar por nuestros intereses. Nosotros no tenemos corporaciones".

Moyano decidió ser un vagón del tren fantasma. Los trabajadores y el pueblo argentino han decidido subirse desde 2003 al de la soberanía, la inclusión y la justicia social. El tren del futuro. Unidos, organizados y solidarios es el camino del cambio inevitable.

Por Edgardo Depetri

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